La deserción escolar en México arroja cifras deslumbrantes, sobre todo después de los efectos que ha tenido la pandemia y el confinamiento en el sector estudiantil superior. Cifras oficiales de la UNAM, la Universidad más popular e importante de México, indican que la crisis generada por el COVID-19 causó que 7 mil 700 alumnos tuvieran que abandonar sus estudios tan sólo en esa casa de estudios. Si no resulta demasiado escandalosa, la cifra es 229% más alta que la registrada en 2019.
¿Cuál es la causa?
Como en todo, no hay una sola causa que haya provocado que estos números se dispararan. Lo que sí podemos deducir es que los factores económicos juegan un papel determinante.
La principal barrera para que los estudiantes continúen sus estudios de forma remota es la situación económica, que deriva en falta de acceso a internet y demás infraestructura necesaria, así como no contar con el equipo necesario para sus labores. De hecho, sólo el 62% de los alumnos matriculados en la UNAM cuentan con acceso a internet, una cifra que podría haber hecho que la deserción escolar fuera verdaderamente escandalosa.
Otra causa, también derivada de situación económica, es que las familias de algunos alumnos tuvieron recortes en sueldo o incluso perdieron sus empleos, lo que obligó a los escolares a dejar los estudios para ayudar a sostener a su familia.
Fuera de la UNAM, se calcula que la pandemia puede significar un aumento en abandono escolar universitario de entre 12 y 15%, según Angélica Buendía, investigadora de la UAM.
Posibles soluciones
La realidad es que, si bien muchos centros de educación superior ya cuentan con cierto nivel de digitalización, no se encontraban completamente preparadas para abordar una crisis de este tamaño (¿y quién sí?).
A pesar de que muchas cuentan desde hace tiempo con sistemas LMS, como Blackboard o Moodle, la realidad es que pocas veces se usa a su completa capacidad. Tanto alumnos como docentes encontraron que la migración a clases virtuales representó un desafío que, en muchas ocasiones, derivó en una baja de la calidad académica de sus cursos.
Es difícil colocar cifras a esta pérdida de aprendizaje, pero el consenso es que la educación «tradicional», sincrónica y linear, no se adaptó muy bien a formatos virtuales. Sobre todo hablando de flexibilidad. Si no entrabas a Zoom a la hora indicada, perdías la clase, te ponían falta y no había manera de recuperarla, aunque esa falta no haya sido para nada culpa del alumno.
El xLearning al rescate
La tendencia creciente de las técnicas de xLearning en la educación superior no surgió con la pandemia, pero sí se aceleró. Cursos asincrónicos, con formatos distintos y mejor adaptados a cada currículum fueron los grandes ganadores del confinamiento.
Empresas y centros educativos que habían adoptado ya estas técnicas o vieron en ellas una necesidad urgente de adopción fueron las menos afectadas. ¿Por qué? Sencillo: muchos recursos de xLearning dependen de dispositivos que los alumnos YA tienen, como smartphones o televisiones, y en muchas ocasiones no es necesario contar con conexión a internet frecuente y de alta velocidad para sacarles provecho (contrario a las videoconferencias).
Algunos recursos de gran utilidad:
- Mobile Learning: Las apps móviles, ejecutables en cualquier tipo de smartphone, permitieron que alumnos de todos los segmentos tuvieran acceso a cursos de calidad. En general sí requieren conexión a internet, pero una vez descargados, pueden prescindir de ella. Esto es relevante cuando pensamos en hotspots de plazas públicas, centros comerciales o edificios de gobierno.
- Escenarios Gamificados: El fracasar y volver a intentar es una de las mejores formas para adquirir conocimientos indelebles. Aprender a través del juego es algo que el ser humano hace desde hace miles de años, y algo que no debe de ser tomado a la ligera. El poder del juego para el aprendizaje es muy poderoso.
- Simuladores en Realidad Virtual o Aumentada: Cuando pensamos en Realidad Virtual, se nos viene a la mente un sistema costoso que requiere poderosas computadoras para poder correr. Esto es cada vez menos común. Mientras esta tecnología se va haciendo más y más accesible, encontramos que la virtualización de escenarios de práctica, efectivos para estudiantes de Ciencias de la Salud o Ingenierías, por ejemplo, es una solución viable de prácticas profesionales remotas. Lo que es más, la Realidad Virtual puede ser inmersiva (como generalmente la imaginamos), pero también puede ser NO inmersiva, lo que significa que no necesitamos cascos especiales y costosos para sacarle provecho. La mayoría de las computadoras caseras podrían correr simulaciones básicas para enseñar conceptos esenciales a estudiantes de carreras especialistas.
- Video Learning: Todos lo hemos vivido: un curso por video de manera remota que nos enseña alguna habilidad. De hecho, el incremento de búsquedas y consumo de cursos en línea de este tipo durante la pandemia ha roto cualquier cantidad de récords y ha posicionado a algunas empresas como referentes y verdaderos influyentes del aprendizaje de habilidades. Los MOOCs, como comúnmente se les conoce por sus siglas en inglés, aumentaron su demanda como nunca antes durante 2020.
- Chatbots inteligentes: La popularización de la Inteligencia Artificial para servir como asistentes al conocimiento se ha convertido en una opción viable de «profesor asistente» en la era de clases remotas. No sólo libera al profesor de responder 20 veces a la misma pregunta, sino que también facilita recursos formativos adicionales a los alumnos, les recuerda de tareas o entregas pendientes, y mantiene una rastreabilidad del aprendizaje integrada a sistemas LMS. Ubot, de Smartraining, hace todo eso utilizando apps de mensajería que ya usan los alumnos, así que la transición es invisible.
¿Qué sigue?
Definitivamente la educación remota no se irá a ningún lado. Mientras que nadie debate el valor de la presencialidad, también se puede argumentar por el valor de recursos no lineales para la entrega y absorción de conceptos. Los centros educativos tenderán a adoptar, cada vez más, modelos híbridos de educación que permita tanto elevar la calidad de su oferta educativa como ampliar su base de alumnos a aquellos que quizás no vivan ni siquiera en el mismo país. La transformación será inminente y, para nosotros en Smartraining, muy emocionante.
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En Smartraining tenemos más de 10 años trabajando con algunas de las mejores Universidades del continente Iberoamericano en el desarrollo de recursos educativos virtuales y asincrónicos. Queremos que nuestras soluciones impacten a más gente: sabemos de la importancia del rezago educativo en nuestra región para catalizar en progreso. Hablemos de lo que podemos hacer por tu centro educativo. Haz click aquí o envíanos un mensaje a través de nuestras formas de contacto y redes sociales. ¡Queremos ayudar a tu centro educativo!
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